Hay diferentes mitos que se han generado alrededor de los sistemas de rociadores contra incendio debido a la forma en que son presentados en películas y en la TV, por lo que hoy nos damos a la tarea de destruir esos mitos!
1. El mito: Los rociadores se activan al jalar la palanca de emergencia.
La realidad: Los rociadores se mantienen sellados por un tapón que se sostiene gracias a un tubo de vidrio (sensor) relleno de un líquido que se expande cuando la temperatura aumenta. La expansión del líquido rompe el vidrio y el tapón es disparado debido la presión de agua en la red de tuberías.
2. El mito: Los detectores de humo activan los rociadores.
La realidad: ¡Falso! Los detectores de humo envían una señal a través de la red de detección y alarmas activando los equipos audiovisuales de evacuación, es decir, las sirenas o chicharras, los altavoces y las luces estroboscópicas.
3. El mito: Todos los rociadores se activan al mismo tiempo.
La realidad: Como comentamos en los puntos anteriores, los rociadores se activan de manera individual gracias a su sensor de vidrio, por lo que este mito también es una mentira. Si esto fuera cierto, el gasto de agua sería enorme y se requeriría un equipo de bombeo así como una cisterna muy grande para rociar una nave industrial completa.
4. El mito: Las pérdidas materiales en un incendio son mas grandes al utilizar rociadores.
La realidad: En diversos estudios realizados en EEUU se ha demostrado que una red contra incendio a base de rociadores reduce las pérdidas económicas hasta en un 78%. A pesar de que si se pueden generar pérdidas materiales, especialmente de equipos electrónicos cuando se mojan, ya sabemos que los rociadores se activan de forma individual por lo que se ataca el fuego únicamente en el área donde este ya está provocando daños materiales.
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Los rociadores son simplemente el sistema más efectivo que existe para el combate de incendios ¡desde hace más de 100 años! Diversos estudios mencionan que se logra mitigar por completo entre un 80% y un 96% de todos los incendios gracias a este tipo de sistemas. Sin embargo es posible que te preguntes ¿por qué el porcentaje de efectividad no es más alto? Lo cual nos lleva al siguiente mito:
5. El mito: Los sistemas de protección contra incendio fallan muy a menudo.
La realidad: Los sistemas de protección contra incendio no fallan. Si un incendio no se logra controlar se debe a alguno de los siguientes errores humanos:
No se dio el mantenimiento adecuado al sistema de protección contra incendio, esto es, equipo de bombeo eléctrico y a Diésel así como red de rociadores e hidrantes.
El grado en el que un sistema de rociadores logra mitigar un incendio depende del material que se quema, la cantidad de material y el espacio donde se genera el incendio. Un incendio no podrá ser mitigado de forma adecuada si se almacenan materiales flamables en mayor cantidad en un espacio donde se estipuló almacenar una menor cantidad o si el material es mucho más flamable que lo estipulado, por ejemplo:
o En una bodega se almacenan 500 toneladas de madera, cuando está estipulado que el límite es de 300 toneladas.
o En una nave industrial se envasan solventes, cuando estaba estipulado que se fabricarían electrónicos.